Documentos escritos por la Cra. Maria Isabel

Asamblea Constituyente de Ecuador, un ejemplo para Chile

El pasado domingo 30 de septiembre el presidente de Ecuador, Rafael Correa, logró el control de la Asamblea Constituyente que reformulará la Carta Magna de ese país, vigente desde 1998.

Según los últimos datos, los adeptos a Correa lograron casi el 70 por ciento de los votos y el 60 por ciento de los escaños, es decir que cuenta con 80 de los 130 congresistas necesarios para formar la Asamblea Constituyente.

Los congresistas serán los encargados -durante ocho meses-, de transformar el marco institucional del Estado y elaborar una nueva Constitución –la vigésima en su historia-, que deberá ser aprobada mediante un referéndum.

El mandatario ecuatoriano ha señalado que una de las prioridades de la Asamblea es desmontar el modelo económico en beneficio de los sectores "más desposeídos de la nación".

Asimismo ha dicho que la asamblea busca reformar el sistema político y destituir al actual Congreso Nacional.

"Queremos que la Constituyente reestructure los partidos para que se permita cambiar los dirigentes y los obligue a tener un ideal. De lo contrario, tendremos apenas mafias organizadas", ha señalado Correa.

Además se reformulará la política y una nueva modalidad de representación y la regulación de la banca.

También se estudiarán asuntos relacionados con la integración y la importancia de entidades como el "Banco del Sur", para evitar dependencia de los tradicionales organismos internacionales de crédito, entre otros temas.

Procesos similares han vivido países como Venezuela y Bolivia, siendo la llamada "Constitución Bolivariana" de Venezuela aprobada en 1999 tras la promulgación de una Asamblea.

En tanto, el presidente Evo Morales ha respaldado a sus constituyentes que no han podido funcionar de manera normal por problemas internos, y que tienen como plazo el 14 de diciembre próximo para entregar el proyecto de la nueva Carta Magan boliviana.


Chile, participación plena de cara al bicentenario

Camino al bicentenario nacional, Chile también debe tomar como ejemplo los procesos similares que se han desarrollado en los últimos años en Venezuela, Bolivia y ahora Ecuador respecto a formar una Asamblea Constituyente para reforlular la Carta Magna de nuestro país, pues se denota un retroceso en los valores que inspiraron la independencia democrática, valores que estamos todas y todos a recuperar.

“Debemos generar un nuevo pacto social, en que todas y todos estemos representados, en donde se reconozcan nuestras diferencias, pero se nos respete como iguales, en donde se reconozca a las etnias originarias, fundadoras también de esta patria, en fin, donde podamos convivir como ciudadanas y ciudadanos participativos y concientes”, dijo María Isabel Sotomayor, vicepresidenta de la Mujer.

No hay que tenerle miedo a la decisión soberana del pueblo, la clase política se ha alejado de quienes está llamada a representar, es por lo mismo que, frente a la imposibilidad de nuestros/as mandatarios/as de ponerse de acuerdo, la soberanía debe volver al pueblo, a fin de generar una nueva convención política – social, que sea el marco normativo que nos represente y rija.

La actual Constitución atenta gravemente contra los principales derechos que, precisamente, una democracia que se precie de tal debe defender, enaltece el concepto de la propiedad como el Derecho fundamental que dirige todas las relaciones entre ciudadan@s y de estos con el Estado, respaldar y promueve un sistema de exclusión político, minimiza al Estado a un rol de promotor social, sin fuerza para establecer los mínimos esenciales en que una sociedad debería convivir, y, peor aún, institucionaliza al Neoliberalismo como eje de la política económica y social.

Es por esto que se hace imperioso convocar a una Asamblea Constituyente que proponga una nueva constitución al país, que nos permita vivir en una auténtica democracia y en la cual no quede garantizada a nivel constitucional la política económica neoliberal, en la que todas y todos podamos vernos a las caras y sentirnos iguales, libres y respetad@s.

Publicado por Alan Espinoza